20 de octubre de 2006
Aventuras alucinogenas
Eran tan sólo las 3de la tarde, ya había comido, si demasiado!, cuando mi vecino y aliado de mis viajes sensoriales llamo a la puerta; abrí y le ví a él preocupado , pues nunca había tomado ninguna substancia que le ayudara a desarrollar los sentidos. Tras varios minutos de explicaciones mías ingeri yo primero un micropunto verde en una sóla toma(y la verdad no debería de haverlo tomado de golpe). Mi vecino ingerió una pequeña porción, y rápidamente fuimos a un bar cercano a mi casa a tomar una infusión.En aquél local había un billar, lo que nos animo a levantarnos y a jugar. Tan sólo llebabamos media partida cuando a mi, cual destellantes rayos de luz, las bolas me empezaron a sonreir. Ya irradiado por los efectos de tanta verde substancia ingerida, empecé a analizar a la gente que nos rodeaba, sin darme cuenta que mi inexperto compañero estaba exageradamente alterado intentando darle con el taco a las bolas del billar.Se acerco el camarero, y sonriendome, me dijo: Oye muchacho,(jeje)se rio, si, los viajes lunares son muy guapos, pero esto no es una deslizadora. Tras estas palabras decidimos empezar un recorrido por las calles de nuestra ciudad. Ya llegando a la plaza mayor, unas campanas que sonaban, me incitaron a bailar, y juntamente con el ruido de unos martillos de unas obras, conseguí estar totalmente hipnotizado por tan agradables ruidos(importante especificar de mis gustos por la musika industrial). Bueno, poco a poco el alcance de mi vista se fue deteriorando, consiguiendo por lo menos diferenciar lo que eran siluetas humanas de lo que no. Mi compañero, estaba muy muy paranoico, pues no entendia porque se sentia tan extraordinariamente alterado, lo que me obligo a llebarlo a un local donde ponian musica(a pesar de la mala calidad musikal de lo que sonaba). Una vez alli, nos separamos y no nois vimos hasta las dos horas. Yo por mi parte, la musika se me relantizó por completo, obligandome a moverme de forma casi robórica, añadiendo la verticalidad que me parecia tener el suelo, lelgué a adoptar una forma algo innatural de moverme. Ya en este punto, decidí ingerir parte de otro micropunto qu eaun disponía, lo que fue muy dificil, puesto que era totalmente imposible porcionarlo bien, pues cual cristales rotos se volvia al romper el micropunto, asi que termine ingeriendolo por com`pleto. Finalmente, nos juntamos de nuevo con mi perdido y alterado vecino, el cual me anunciaba su partida hacia su casa para estar junto a su familia, pues eso pensaba que le relajaría. De camino a la parada del autobus, nos paramos en un bar, y allí por grave error me pedí un bikini. Que asco, pues al ingerir un bocado de ese bocadillo, se me empezó a hacer una masa totalmente pastosa, la cual me vi obligado a escupir, y por desgracia se me ocurrió hacerlo ne medio de aquel concurrido bar. La gente, algo desconcertada ante mi acto de repulsion hacia tan suculento bikini, me miro con cara de asco, asi k lo mas rapidamente desaparecimos del bar. Bueno, finalmente conseguimos alcanzar el autobus y entrar en el; El viaje hasta nuestro barrio era tan sólo de 15 minutos, pero eso pareció mas bien 2 horas, ya que en tan lleno autobus, se me antojó una guerra de lasers estraterrestres. Fué realmente extraordinario, pues alguno de los presentes colaboraron de lo mejor,(mientrastanto decidi que mi amigo era un prisionero y no se podia mover, sai de ese modo permanecería tranquilo).Bueno, tras varios disparos con mi pistola espacial(lo cual use un teléfono movil), llegamos a la paraa, y con grandes aires de triumfalidad me bajé del autobus,, pues convencido de la guerra haver ganado estaba. Rapidamente mi amigo a su casa desapareció, por lo que yo decidi hacer lo mismo. Ya en mi casa fue eso una invasión, pues yo con la guerra marciana segui: me puse una musika adecuada(aviador dro exactamente), me arme de provisionales alimentos(cogi gelocatiles y aspirinas convencido de k eran capsulas de comida aeroespacial), y me vestí con mis mejores atuendos androidales. Mi peor enemigo fue sin dudas un radiocasete de mi habitación, pues trasvarios intentos de entrar en ellla decidi destrozarlo pues sus dientes mekanikos y su cola de electrico cable me querian apoderar. tras varias horas de batallas en mi casa mi pequeno cerebreo empezó a los efectos de tan extraordinarios elementos psikodelikos y psikoticos menguar. asi que ya indispuesto a proseguir con la lucha espacial me tumbe ya en la cama y tras varios flashes luminosos consegui en tranquilidad dormir.
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